Luego de una exhaustiva investigación por parte de las autoridades y organismos de control, se pudo determinar que algunos colaboradores del comedor comunitario estaban utilizando los alimentos destinados a las personas más vulnerables de la comunidad con fines lucrativos.
El esquema funcionaba de la siguiente manera: los colaboradores retiraban alimentos del inventario del comedor y posteriormente los ofrecían a través de redes sociales a precios reducidos, apelando a usuarios que buscaban productos de bajo costo. Este comportamiento, además de ser una violación directa a los principios éticos de la organización, representa un abuso de confianza y una falta de respeto hacia las personas que dependen de este servicio para satisfacer necesidades básicas.
La investigación se inició tras recibir denuncias anónimas de algunos beneficiarios que notaron irregularidades en la cantidad y calidad de los alimentos distribuidos. Las autoridades confirmaron que los responsables utilizaban perfiles falsos y aplicaciones de mensajería para coordinar la venta de productos.
Este caso ha generado indignación en la comunidad, que exige medidas contundentes para garantizar que los recursos destinados a los más necesitados no vuelvan a ser desviados. Por su parte, la organización responsable del comedor se comprometió a realizar una auditoría interna, reforzar los mecanismos de supervisión y aplicar sanciones ejemplares a los involucrados.
Declaraciones del director del Banco de Alimentos de Cali.
